Cuando el contrato no refleja tu trabajo: riesgos invisibles y qué hacer
“En el papel, era comercial. En la práctica, hacía contenido, estrategia y mucho más. Pero cuando terminó, solo valía lo que ponía el contrato.”
Durante más de un año, viví una realidad que seguro reconoces si alguna vez has tenido que hacer algo que no estaba en tu contrato.
Firmé para ser comercial, pero mi día a día eran tareas de comunicación, creación de contenido, diseño y estrategia.
No era solo echar una mano; era un cambio de rol completo.
Tenía pruebas: correos, documentos, mensajes... Nada perfecto, pero sí suficiente para demostrar que hacía más de lo que me pagaban.
Cuando quise reclamar, me dijeron que el juicio podía tardar un año o más.
Y ahí es cuando te das cuenta de que el sistema no está hecho para que reclamemos lo que es justo, sino para que agotemos las ganas y el tiempo.
¿Qué pasa cuando haces más y no te reconocen?
Ese desajuste genera un desgaste silencioso que pocas veces se habla. Es la ambigüedad de rol, la sensación de no encajar en el puesto que te asignaron ni en el que te están pagando. Es frustración, ansiedad y, a menudo, el inicio de un desgaste emocional profundo.
Es un riesgo psicosocial real: cuando no te reconocen ni formal ni económicamente, empiezas a dudar de ti, a perder motivación, a sentir que no importas.
Entonces, ¿qué hacer?
Si estás en esa situación, aquí te dejo algunos consejos que me ayudaron o que habría querido saber:
Documenta, aunque no sea perfecto. Cada email, cada tarea entregada, cada mensaje donde te asignan trabajo diferente, cuenta.
Busca asesoría. Un abogado laboral o un experto en prevención puede ayudarte a entender tus derechos y opciones.
Evalúa tus prioridades. ¿Vale la pena iniciar un juicio? ¿O prefieres canalizar esa experiencia de otra manera?
Habla con alguien. No cargas sola con esto. Compartirlo ayuda a entender que no es un problema personal sino estructural.
Cuida tu salud mental. No dejes que la frustración te consuma. Busca apoyo, haz pausas, recuerda que tu valor no está solo en un papel. Si tienes que ir a terapia ve.
La otra cara: la prevención
Para que esto no siga pasando, las empresas tienen que hacer un esfuerzo real: ajustar contratos, ser transparentes, y respetar lo que cada trabajador hace. Porque no es solo legal, es humano.
Cuando se ignora el desfase entre contrato y funciones, se está sembrando un problema que acaba explotando en estrés, bajas y rotación. Eso sí que es caro para todos.
Para cerrar
Esta historia no es solo mía. Es de muchísimas personas que, como tú, han hecho mucho más que lo que dice su contrato y no han recibido el reconocimiento que merecen.
No siempre podemos esperar a que la justicia llegue, pero sí podemos empezar a poner palabras y conciencia a lo que pasa detrás de los despachos y los papeles.
Si estás en esa situación, recuerda: tu voz importa, y contar tu historia es el primer paso para que cambie algo.
Mientras tanto, cuídate mucho.
Nos vemos a la próxima. Por cierto, sé que dije que iba a haber cambios. Un post y un post tipo audio, pero esta vez el cambio me lo ha dado la vida a mí.




