El lado B del teletrabajo: cuando la libertad pesa más que los atascos
Teletrabajo y soledad: cuando la libertad también pesa
Teletrabajo: ¿flexibilidad o soledad?
El teletrabajo se vendió como la solución perfecta:
conciliar tu vida personal, arreglarte rápido y empezar a trabajar sin el estrés del transporte. Ganamos tiempo… y eso se siente como un regalo.
Pero hay un lado oscuro: la soledad. Y sí, hay estudios que lo confirman: trabajar desde casa puede aumentar el aislamiento y hacernos sentir desconectados, incluso si estamos en contacto constante por teams o cualquier otra app.
La soledad invisible del teletrabajo
Esa sensación de cerrar el portátil después de un día entero y darte cuenta de que, aunque hayas hablado con compañeros/as, todo fue digital.
Es un vacío que no se llena con emojis ni con chats superficiales. A veces, necesitas ver a alguien cara a cara, aunque sea un breve intercambio humano.
Lo que yo hacía: hablar cinco minutos con un compañero sobre algo que no fuera trabajo. Conectar de verdad.
La paradoja de estar “conectados”
Tener canales abiertos no significa sentir compañía real.
Un informe de Harvard Business Review (2024) lo decía claro: muchos trabajadores se sienten solos incluso viendo a sus compañeros todos los días. Pantallas por todos lados, pero desierto emocional por dentro.
El impacto invisible
Más estrés.
Menos motivación.
Problemas de salud comparables a fumar 15 cigarrillos al día.
Y lo peor: se normaliza. Se disfraza de independencia: “trabajar en paz, sin interrupciones”. Esa paz prolongada pesa más que cualquier reunión eterna de oficina.
Lo que aprendí
Pequeñas rutinas pueden salvarnos:
Cafés virtuales con colegas.
Trabajar un día desde una biblioteca o coworking.
Llamadas breves que no sean estrictamente laborales.
La clave no es la cantidad de interacción, sino su calidad.
Qué deberían hacer los líderes
Como especialista en riesgos psicosociales, lo digo sin rodeos: la soledad laboral es un riesgo. Y debe tratarse como tal.
Algunas acciones efectivas:
Rituales de equipo: breves espacios para compartir algo personal, no solo resultados.
Pausas sociales: micro-descansos colectivos de 2-3 minutos dentro del horario laboral.
Coworkings subvencionados: horas pagadas en espacios compartidos para quienes lo necesiten.
Mentorías cruzadas: compartir cómo funciona el trabajo de otros, crear empatía y comprensión.
Reconocer la soledad: incluirla en evaluaciones de riesgos laborales como cualquier otro riesgo psicosocial.
Porque un buen liderazgo no es solo entregar resultados; es cuidar que la gente no se queme ni se aísle.
Entonces, ¿qué hacemos?
Reconocer la soledad. No es debilidad, es realidad.
Buscar micro-momentos de conexión: una llamada de cinco minutos, un café compartido, coworking.
Cuidar el equilibrio: teletrabajar no significa vivir pegados al ordenador.
Podemos tener el mejor portátil, la mejor conexión y la silla más ergonómica, pero si no nos sentimos conectados, el teletrabajo puede convertirse en una jaula muy bonita… pero jaula al fin y al cabo.
Cuídate mucho nos leemos muy pronto.
Summary in English:
Teleworking offers flexibility and time savings, but it can also lead to loneliness and disconnection, even when “connected” digitally. This loneliness affects motivation, increases stress and can have serious health consequences. Small routines such as virtual coffees, micro-breaks or coworkings can improve the real connection between colleagues. Leaders must recognize workplace loneliness as a risk and foster spaces for quality interaction to protect team well-being.
Referencias
Harvard Business Review (2024). Why your remote employees feel lonely.
Time (2023). The surprising health benefits of having friends at work.
Cigna & Gallup (2022). The impact of loneliness on work and health
Me sentí super identificada, Celia. Me recuerda a la época de la pandemia cuando trabajaba en una empresa en Ginebra e impusieron el teletrabajo 100%. De pronto me vi viviendo y trabajando sola, a veces durante 3 o 4 días seguidos sin ver a nadie que no fuera de pixel y no de carne y hueso. Fue duro.
El teletrabajo es un lujo siempre y cuando pueda ser una elección y no una imposición.
Gracias por compartir y darle visibilidad.
Me encantó! Sí, se ha tendido a idealizar mucho esa independencia del teletrabajo. Bien enfocado abre un mar de posibilidades, como el poder viajar por el mundo sin depender de las ( muchas veces) escasas vacaciones. Sin embargo, comprendo lo que dices, porque yo mismo he vivido ese aislamiento. Ahora mismo, estoy punto ( si dios quiere) de empezar a trabajar en un centro coworking, me he enamorado de ese ambiente, y creo que son el punto de encuentro ideal. Ya que sigues siendo independiente, eliges cuando vas y cuando no, pero tienes el calor humano a tu alcance. Veremos qué tal la experiencia!