La calidad del aire en tu oficina está perjudicando tu salud: esto es lo que debes saber
La paradoja del metro cuadrado.
Estos días mientras estaba en una clase, hablabamos de los espacios de coworking, algo que realmente me llamó la atención y que quería buscar más información sobre ello.
Vale, te pongo en situación, ¿pero quién no ha ido a una biblioteca o ha estado en un espacio de coworking o en la oficina trabajando?
Quizás estés trabajando, y hayas ido o estás yendo a estos espacios de trabajo. Si vas a un coworking, te sorprenderías de esos sitios flexibles, modernos, confortables.
Pero hay una realidad detrás de todo ese sitio confortable y moderno, algo que me llamó especialmente la atención:
Me dirigí al Real Decreto 486/1997 y encontré algo tan simple como 2 m² de superficie y 3 m³ de volumen por trabajador. Pensé que era excesivo, pero luego entendí que poder respirar aire limpio durante ocho horas, o menos, se trata más de problemas de salud.
El CO₂: ese indicador que nadie mira
El CO₂, el dióxido de carbono. Sí, ese compuesto que desplaza al oxígeno. Un espacio bien ventilado debería mantenerse en los 600-800 ppm, pero en los coworking, si hubiese medidores visibles... probablemente veríamos cifras de 1.500-2.500 ppm (partes por millón) en las horas de máxima ocupación.
¿Y por qué importa esta cifra? Porque por encima de los 1.000 ppm nuestra capacidad cognitiva se reduce un 15%. Cuando leí esto, me fascinó y a la vez me preocupó. ¿Y si nos cuesta concentrarnos porque nos falta aire de calidad? ¿Y si aquellos dolores de cabeza son por la misma razón?
Aquí está lo que fui descubriendo: cuando el CO₂ está alto significa que el aire no se renueva, que estás respirando una y otra vez el aire que otros exhalan. Y con ese aire viene todo lo demás: lo que expulsan nuestros cuerpos al respirar, partículas que flotan en el ambiente, virus, bacterias.
Cuando el CO₂ marca 2.000 ppm, lo que indica realmente es que estás inhalando una mezcla concentrada de todo lo que exhalan 30-50 personas durante horas.
Fíjate en esto porque seguro te resulta familiar:
Por la mañana: Estás relativamente bien, puedes concentrarte.
Media mañana: Comienzas a notar cansancio, la concentración flaquea, sensación de “aire pesado”.
Después de comer: Somnolencia intensa (no es solo la digestión), dolor de cabeza, irritabilidad, dificultad para pensar con claridad. Necesidad imperiosa de salir “a tomar el aire”.
Cuando sales a la calle: Alivio inmediato. La cabeza se despeja en 5-10 minutos.
Este patrón no es normal. Es tu cuerpo diciéndote que el ambiente interior es inadecuado.
Algo que me sorprendió: cada uno de nosotros genera calor constantemente, como si lleváramos una bombilla encendida. Si hay 40 personas en 50 m² configuración típica de coworking, es como tener 10 radiadores eléctricos funcionando todo el día.
No es casualidad que siempre haga demasiado frío o demasiado calor. Los sistemas de climatización no dan más de sí, están sobrepasados.
Seguro que también te habrá sucedido, hay menos personas en el sitio del trabajo y notas como hace fresquete y sientes algo de alivio.
Por qué siempre hay alguien enfermo
Después de la pandemia aprendimos sobre mantener distancia. Pero parece que lo olvidamos rápido. En un coworking estás a menos de un metro de 3-4 personas durante horas. En espacios mal ventilados, lo que exhalamos permanece flotando en el aire hasta 3 horas.
Esto explica por qué las gripes circulan sin parar, por qué siempre hay alguien resfriado, por qué cogemos más bajas. No es mala suerte, es solo que la ventilación no es buena.
Los números que no cuadran
Esto es un ejemplo, que hize quizás sea más caro, pero es solo un ejemplo:
Si una empresa ahorra 200€ al mes usando coworking, pero sus empleados tienen 3-5 días más de baja al año y rinden bastante menos por el ambiente deficiente, realmente está perdiendo dinero. Mucho dinero.
Pero claro, la factura del espacio llega cada mes y la ves. La pérdida de productividad y el absentismo se diluyen en otras cosas.
Y bien…
¿Quién debería medir la calidad del aire? He intentado entenderlo. El operador dice que cumple con los metros cuadrados disponibles. La empresa que contrata dice que no controla el edificio. Yo, como trabajador/a, ni siquiera sabía que debía exigir algo.
Nadie mide. Nadie controla. Nadie asume responsabilidad. Bueno, esta también el/lla técnico/a de prevención.
Lo que esto me ha enseñado
Primero, me ha enseñado a ventilar la casa todos los dias, aunque ya lo hacía ahora lo hago siendo más consciente.
Lo segundo, esos 2 m² por persona no son capricho. Son la diferencia entre trabajar en un ambiente saludable o en uno que, poco a poco, te desgasta.
El CO₂ elevado no te mata, cierto. Te desgasta día tras día, reduciendo tu capacidad para concentrarte, aumentando tu cansancio, haciendo que enfermes más.
Y lo más frustrante: es completamente evitable. No hace falta tecnología, solo cumplir con normativas que existen desde hace décadas y como escucho últimamente de mis profesores, sentido común.
Me pregunto si realmente somos conscientes de lo que estamos normalizando bajo la etiqueta de “flexibilidad moderna”.
¿Tu espacio de trabajo cumple realmente con los mínimos?
Referencias
Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. BOE núm. 97, de 23/04/1997. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1997-8669
Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST). (2015). Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de lugares de trabajo. Madrid: INSST. Disponible en: https://www.insst.es/documents/94886/203536/Guía+técnica+lugares+de+trabajo
Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST). (2022). Calidad del aire interior. Notas Técnicas de Prevención NTP 549. Madrid: INSST.




Muy curioso y certero, nadie estamos pendientes de estos detalles en el espacio compartido