Y hoy quiero empezar con una pregunta directa, muy sencilla y muy incómoda:
¿De verdad sabes diferenciar un riesgo psicosocial… de un problema de salud mental?
Parece lo mismo, ¿verdad? Pero no lo es. Y en 2025 la confusión sigue creciendo.
En los últimos años, hemos visto cómo la salud mental se ha convertido en un tema central en redes, empresas y medios. Lo cual es bueno, necesario… pero también trae un efecto secundario:
todo se mete en el mismo saco.
Estrés laboral, ansiedad, burnout, depresión, carga de trabajo, sentirse saturada, estar desmotivada, tener un mal liderazgo, un mal día o un mal mes.
Todo bajo la etiqueta “salud mental”.
Y ahí aparece el problema.
Cuando mezclamos conceptos, dejamos de entender qué cosas vienen de nuestras circunstancias laborales… y cuáles forman parte de un proceso personal o clínico que necesita otro tipo de abordaje.
¿Qué son los riesgos psicosociales?
Los riesgos psicosociales no son emociones ni diagnósticos.
Son factores del trabajo que pueden afectar a tu bienestar.
El centro no está en la persona:
está en la organización, las condiciones, la carga, la dinámica, el entorno.
Cuando hablamos de riesgos psicosociales hablamos de cosas como:
Exceso de carga o carga mal distribuida.
Ambigüedad de rol.
Jornadas interminables.
Falta de autonomía.
Falta de apoyo.
Estilos de liderazgo dañinos.
Conflictos constantes.
Inseguridad laboral.
Todos estos elementos no son tu estado emocional.
Son la estructura del trabajo.
Y lo más importante:
El peso no lo pones tú.
Lo pone el contexto laboral.
¿Qué es la salud mental?
La salud mental sí tiene que ver con cómo te sientes, cómo piensas, cómo respondes emocionalmente. Y puede incluir desde procesos leves hasta trastornos clínicos.
Aquí hablamos de:
Ansiedad.
Depresión.
Insomnio.
Ataques de pánico.
Falta de energía.
Baja autoestima.
Procesos personales o emocionales.
Y sí:
El trabajo influye en todo esto.
Pero no todo lo que nos pasa viene del trabajo.
Y no todo lo que pasa en el trabajo puede ser tratado como un diagnóstico.
La salud mental mira a la persona.
Los riesgos psicosociales miran al sistema laboral.
¿Por qué se confunden tanto?
Te cuento tres razones muy claras:
1) Porque hay una especie de “psicologización” de todo.
Todo se interpreta como emocional:
“estás estresada”,
“te afecta porque eres sensible”,
“tienes ansiedad”.
Cuando en realidad muchas veces lo que tienes es una sobrecarga real, no un trastorno.
2) Porque las empresas han descubierto que “salud mental” suena bien.
Pero no siempre quieren hablar de lo que de verdad causa el malestar:
la organización, los tiempos, los procesos, la falta de recursos.
Y es más fácil hacer un taller de mindfulness que revisar la carga de trabajo.
3) Porque en redes sociales todo se etiqueta como emocional.
Lo que antes llamábamos “tener un mal jefe” ahora se llama “vivir una relación tóxica”.
Y no es lo mismo.
Uno se soluciona con terapia…
el otro con gestión, prevención y responsabilidad empresarial.
¿Cómo diferenciarlos en tu día a día?
Te dejo una regla muy sencilla, muy práctica y muy realista:
Si viene del entorno laboral → es riesgo psicosocial.
Si viene de ti, de tu proceso interno → es salud mental.
Ejemplos rápidos:
Te piden tareas imposibles, te cargan con el trabajo de tres personas → riesgo psicosocial.
Llevas meses con presión y ya te cuesta dormir → esto ya impacta tu salud mental.
No sabes qué se espera de ti y te cambian el rol cada mes → riesgo psicosocial.
Sientes que nada te ilusiona ni dentro ni fuera del trabajo → salud mental.
Tu jefa comunica mal, no da feedback y genera tensión → riesgo psicosocial.
Ya tienes ansiedad anticipatoria solo de pensar en ir mañana → salud mental afectada.
Y aquí está la clave:
Están relacionados, pero no son lo mismo.
La frontera importa porque determina quién tiene la responsabilidad de actuar.
¿Por qué te debe importar esta diferencia?
Porque si llamamos “salud mental” a todo…
las empresas dejan de asumir su parte.
Y si llamamos “riesgo laboral” a todo…
perdemos de vista nuestra propia salud.
La prevención no trata a personas.
La prevención transforma contextos.
La salud mental cuida a las personas.
Las dos cosas importan.
Pero solo cuando las diferenciamos, podemos mejorar de verdad.
Así que te dejo con esta reflexión final:
Antes de preguntarte “¿qué me pasa?”,
pregúntate
“¿de dónde viene lo que me pasa?”
Porque ahí está la raíz…
y normalmente, también está la solución.
Gracias por estar aquí, por escuchar y por hacer de tu vida laboral un espacio más consciente.
Cuídate mucho.
